SIMULACIÓN
Simulación en Psicología Forense: ¿Mentira o Mecanismo de Defensa?
En el mundo de la psicología forense, uno de los temas más complejos y polémicos es la simulación. ¿Está mintiendo la persona evaluada? ¿Está exagerando sus síntomas? ¿Lo hace de forma consciente, o es una expresión distorsionada del sufrimiento? Identificar la simulación no es simplemente detectar un engaño, sino comprender el contexto, los fines, y la estructura psicológica de quien simula.
En este artículo exploraremos qué es la simulación, cómo se distingue de otros fenómenos clínicos, por qué es importante su valoración en contextos judiciales, y qué métodos científicos se utilizan para identificarla en la práctica forense.
¿Qué es la simulación?
La simulación se define como la producción intencional de síntomas físicos o psicológicos falsos o gravemente exagerados con un objetivo externo claro, como evitar responsabilidades penales, obtener beneficios económicos, eludir una sentencia o justificar una incapacidad. Es decir, el simulador sabe que no tiene ese síntoma (o lo tiene en menor grado), pero decide manifestarlo de forma intencionada.
No debe confundirse con la somatización, donde el síntoma es real para la persona aunque no tenga una base orgánica, o con la sobreestimación involuntaria del malestar, frecuente en personas que sufren estrés postraumático o trastornos disociativos.
¿Por qué se simula en contextos legales?
La simulación tiene especial relevancia en procesos judiciales penales, civiles, laborales y familiares. Algunos ejemplos comunes:
Personas que alegan trastornos mentales para evitar la prisión.
Demandantes que exageran el daño psicológico tras un accidente.
Padres o madres que intentan aparentar inestabilidad del otro progenitor en juicios de custodia.
Personas que buscan pensiones por incapacidad permanente.
Sin embargo, la acusación de simulación también puede ser usada de forma revictimizante para invalidar denuncias de violencia o abuso, por lo que debe ser evaluada con extremo rigor y ética profesional.
Instrumentos para valorar la simulación
La ciencia forense cuenta con instrumentos psicométricos y técnicas clínicas para valorar indicios de simulación. Entre los más reconocidos están:
SIMS (Structured Inventory of Malingered Symptomatology): Un inventario breve que detecta patrones improbables o exagerados en la sintomatología.
TOMM (Test of Memory Malingering): Utilizado en evaluaciones neuropsicológicas para identificar si el rendimiento en tareas de memoria es genuino o fingido.
MMPI-2-RF: A través de escalas como F, Fp y Fb, permite identificar incoherencias o respuestas inverosímiles.
Entrevistas clínicas forenses estructuradas: El análisis del discurso, la consistencia narrativa, la plausibilidad contextual y la congruencia emocional son claves clínicas en la detección de simulación.
Ninguna herramienta es concluyente por sí sola: el juicio clínico del perito, el análisis contextual y la integración de diversas fuentes de información son imprescindibles.
Simulación vs. disimulación y negación
En el polo opuesto a la simulación, encontramos fenómenos como la disimulación (minimizar los síntomas reales para evitar consecuencias sociales o jurídicas) o la negación (falta de conciencia de un padecimiento). Un ejemplo frecuente es el de víctimas de violencia que niegan afectaciones emocionales por miedo o culpa, o personas con adicciones que ocultan su dependencia.
Ambos extremos —simulación y disimulación— deben ser considerados en la evaluación forense con el fin de llegar a un dictamen objetivo y ético.
Aspectos éticos y recomendaciones
Acusar a una persona de simular sin fundamentos sólidos puede tener graves repercusiones judiciales, sociales y clínicas. Por ello:
Nunca debe presumirse la simulación de entrada.
La simulación no debe ser usada como mecanismo para desacreditar testimonios de víctimas.
La evaluación debe realizarse desde una postura neutral, sin prejuicios de género, clase o salud mental.
Toda sospecha de simulación debe estar sustentada en evidencia clínica, narrativa, psicométrica y contextual.
Reflexión final
Valorar la simulación no es simplemente “cazar mentirosos”, sino entender cómo el sufrimiento, la defensa y el contexto se entrecruzan. En psicología forense, se requiere de una mirada crítica, sensible y basada en evidencia para distinguir entre una mentira deliberada y un síntoma que grita por ser comprendido. Porque en los tribunales, como en la vida, no todo lo que parece falso lo es, y no todo lo verdadero se presenta de forma clara.
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